La acción de aprender
En los últimos años estamos presenciando un cambio de paradigma en la formación, dado que la supervivencia empresarial y laboral depende cada vez más del aprendizaje y del poder de adaptación. Es asumido por una gran parte de las empresas, formadores, profesionales o alumnos, que la formación continua es un hecho.
Los cambios que se producen en nuestro entorno cada vez son más rápidos, esto provoca cierta incertidumbre, incluso se ha acuñado un término para describir esa sensación de ansiedad que provoca el pensar que nos quedamos des-actualizados. El FOMO (Fear of move out), término derivado de la patología “Fear of missing out” generada por sensación de estar perdiendo acontecimientos interesantes y emocionantes en otros lugares, es el miedo a quedarse des-actualizado.
Son en los momentos de más incertidumbre cuando el FOMO aumenta y crece nuestra necesidad de actualizarnos.
Si miramos las tendencias de ciertos términos de búsquedas relacionados con la formación, vemos como se está produciendo un incremento en términos de búsqueda como “curso online”, “formación online”, “webinar” seguido de sus distintas variantes. Esto supone una oportunidad para las plataformas de formación, pero también supone el reto de mejorar la experiencia de aprendizaje. No sólo es relevante el incremento de la demanda de formación online, sino el modo en que enseñamos, aquí es dónde está el reto.
La formación online no es un fenómeno nuevo, es una tendencia con más de diez años de recorrido que ha explotado en los últimos años con el crecimiento de usuarios con acceso a Internet. El acceso a Internet también ha provocado un incremento de los contenidos digitales. Si bien la mayor parte de este contenido contribuye al entretenimiento, el comercio electrónico y las comunicaciones personales, una parte importante también está orientada al uso educativo. Esto genera una gran oferta de contenidos educativos que podemos encontrar en diversos formatos.
Es ante las restricciones de movimientos y por tanto la imposibilidad de optar a una formación presencial cuando está surgiendo un repunte de los formatos online. Esto está provocando una rápida digitalización de los contenidos, aunque en algunos casos lo que se está haciendo es simplemente tomar los contenidos ya existentes y subirlo a alguna plataforma. El resultado podemos verlo entrando en las redes sociales y comprobando la opinión de los alumnos.
Nos encontramos en la coyuntura de que tenemos acceso a miles de contenidos educativos, sin embargo vemos que digitalizar el contenido no es suficiente para generar una experiencia de aprendizaje satisfactoria. Entonces, ¿qué podemos hacer para mejorar la experiencia de aprendizaje?
Diseñar una experiencia de aprendizaje (Learning experience design)
Uno de los problemas que afrontan las plataformas educativas online es la alta tasa de abandono, entorno al 30% de los estudiantes abandonan los cursos de pago y el 90% los cursos gratuitos. Esto sucede porque cuando diseñamos una formación no ponemos foco en los principios motivacionales del aprendizaje.
Para mejorar las experiencias de aprendizaje queremos recomendar incorporar cuatro puntos que responden a las necesidades de los alumnos.
1. Descubrimiento de contenido
En Internet podemos encontrar contenido de prácticamente lo que queramos, por tanto el problema no está en el acceso al contenido, sino en saber filtrar y seleccionar el mejor contenido. Este problema no sucede únicamente en la selección de formación, nos ocurre en otros ámbitos de nuestras cotidianidad. Por ejemplo en este artículo de El País (Anatomía de una pérdida de tiempo) habla que un adulto pasa de media unos 7 minutos al día en tomar la decisión de visualizar un contenido. Si esto nos pasa para elegir qué serie o película queremos ver, en la toma de decisión de una formación este tiempo se incrementa.
“Quiero aprender algo o realizar un curso pero simplemente no puedo encontrarlo en el catálogo del curso”
Esto pone de relieve que la barrera no es el acceso a la formación, actualmente podemos acceder a formaciones, incluso de universidades como Harvard, Stanford o el MIT, sino el coste de oportunidad que supone elegir la formación equivocada.
En este punto hay varias acciones que podemos realizar para mejorar el descubrimiento de contenido a los usuarios de nuestra plataforma. La categorización de los cursos o establecer itinerarios formativos ayudan a reducir la carga cognitiva de los alumnos. La ley de Hink nos dice que “El tiempo que se tarda en tomar una decisión aumenta a medida que se incrementa el número de alternativas.”
En la imagen superior tenemos el ejemplo de una plataforma que agrupa los cursos por categorías, como decimos la categorización ayuda a minimizar la carga cognitiva pero aún tenemos muchas opciones.
Sin embargo el establecer un itinerario formativo ayuda al alumno a ubicarse, a saber que cursos tiene que ir realizando para poder adquirir las competencias suficientes para llegar a su objetivo. Clasificar ese itinerario por niveles de dificultad, incorporar elementos de gamificación, elementos visuales como barras de progresos etc… son elementos que ayudan a los alumnos a descubrir nuevos contenidos, reducir la tasa de abandono y mejorar por tanto la experiencia de aprendizaje.
2. Personalización
La personalización de la formación consiste en proveer a los alumnos de la formación que mejor se adapte a su perfil y necesidades. Aquí se encuentra el caballo de batalla de las grandes plataformas educativas, las cuales están desarrollando algoritmos que ayudan a personalizar la formación de las personas.
Esto se puede aplicar sin la necesidad de desarrollar complejos algoritmo o aplicar inteligencia artificial. El desarrollo de carreras profesionales se viene aplicando dentro de las organizaciones desde hace mucho tiempo. Conocer los perfiles y necesidades de los alumnos a través de formularios o incorporando otras técnicas ayudarán a establecer itinerarios formativos personalizado.
3. Aprendizaje adaptativo
El aprendizaje adaptativo es otra tendencia demandada por los alumnos. La formación online, gracias al conjunto de herramientas que aporta, permite el empoderamiento de los alumnos. Flexibilizar el aprendizaje, adaptarlo en función de las necesidades formativas o el contexto ayuda generar mejores experiencias.
Por ejemplo ante la imposibilidad de compaginar nuestra vida laboral y familiar con la formación surgen formatos como el micro learning, que se basan en píldoras formativas de entre 15 – 20 minutos. Otros formatos en auge son el podcast, que se consume bastante en los desplazamientos al trabajo, tutoriales en formato vídeo en los que podemos encontrar todo lo que imaginemos. En nuestro día a día nos estamos acostumbrando a consumir contenidos en diferentes formatos adaptados al contexto.
Suministrar los contenidos en diferentes formatos para que se puedan adaptar a las necesidades y contextos de los alumnos hace se reduzca la tasa de abandono y mejora la satisfacción de los alumnos. Empoderar al alumno para que decida el formato, dispositivo, velocidad de aprendizaje etc… en definitiva, que encuentre en nuestra plataforma las posibilidades que encuentra en su día a día.
En marketing procuramos entregar el máximo valor al usuario adecuado a través del canal adecuado, en el formato adecuado en el momento idóneo, apliquemos esta regla también a la formación.
4. Usabilidad
Al estar en un entorno digital debes de prestar atención a la usabilidad de la plataforma de e-learning.
No te centres únicamente en la plataforma, aprovecha todo el ecosistema digital para construir una mejor experiencia de aprendizaje que te permita incorporar los cuatro puntos anteriores.
Nuestras recomendaciones van en ir un paso más allá en la formación online, centrarnos en los alumnos y aprovechar la tecnología para mejorar los procesos de aprendizajes. Entendemos que el contenido que pueda tener una plataforma educativa es buena de base, pero como decimos sólo con la digitalización de ese contenido no será suficiente. Aplicar técnicas de marketing que provocan ciertos sesgos cognitivos como el FOMO para mejorar las ventas tampoco bastará.
- Principio de escasez. Limitar el número de plazas de un curso puede aumentar el número de reservas ya que apremia al alumno a adquirir el curso antes de que se agoten las plazas.
- Social proof (prueba social). La prueba social actúa como reforzador de confianza. Reforzadores de confianza que encontramos en plataformas son certificaciones, testimonios de alumnos o calidad del profesorado.
- Aversión a la pérdida. La formación actualmente tiene un doble coste de oportunidad, monetario y tiempo. Cuando un alumno toma la decisión de realizar una formación quiere tener la sensación de que ha escogido la mejor formación dado que es consciente de que los recursos monetarios y de tiempo que dedica a esa formación está dejando de utilizarlos en otro. Así esa aversión a la pérdida de oportunidad es usado para mejorar las ventas.
En España el grado de madurez del sector e-learning no es igual que en otros mercados como en Estados Unidos, desde donde están llegando estas tendencias. Al inicio del artículo hablábamos del contexto actual y de cómo esta coyuntura aumentará la demanda de la formación online. Así el sector tendrá que madurar y adaptarse rápidamente. Elementos de diferenciación utilizados hasta el momento ahora no serán suficientes, las personas buscarán algo más, es necesario tener propuestas de valor sólidas.
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Buenas: me ha parecido muy interesante lo de establecer itinerarios formativos para minimizar la carga cognitiva del alumno ante la plataforma. Yo he hecho varios cursos online y es cierto que si ademas de ver el itinerario podemos ver lo que llevamos completado a modo de barra de progreso y lo que nos queda, nos «picamos» mas y nos motivamos a completar más y mas lecciones.
Me parece muy acertado ese comentario de la barra de progreso. Algo muy util, de acceso rapido!